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22 oct 2016

TABÚ #STOPBULLYING


Quiero hablar de un tema nada fácil de escribir para mi dado su carácter personal y su importancia. Para ello tengo que remontarme a los peores recuerdos de mi infancia y rescatar situaciones que había enterrado en lo mas hondo de mi memoria. A pesar de todo ello me parece de vital importancia dedicarle unas líneas por la extensión que está cogiendo. Por supuesto estoy hablando del bullying, del acoso escolar.
 
En los últimos años ha sido un tema tabú, algo que no debe mencionarse por miedo a que regrese, como si solo recordarlo pudiera hacer que se repita. Ahora ya estoy harta de ver a niños siendo apabullados en los patios, de oír historias de suicidios infantiles, de ver casos en la tele de palizas de compañeros... Yo he sufrido tal acoso durante gran parte de mi niñez y ver que otros pasan lo mismo no me deja indiferente.
 
No os voy a contar toda la historia porque además de ser larga, es monótona, un desfile de días iguales (igualmente horribles) a los que lamentablemente te acabas acostumbrando, pero si os voy a resumir lo que pasé y situaciones límites que os hagan abrir los ojos:
-Por defender a alguien de menor tamaño que yo con 6 años me persiguieron durante muchos recreos.
-Si no te implicabas en el "grupo" y participabas en las humillaciones a otro compañero te dejaban sola, en el sentido mas literal de la palabra.
-Las miradas pasan por el asco, la superioridad, el desdén o el odio.
-De las miradas se pasa a las palabras hirientes y las risas a tus espaldas.
-Las palabras se trasforman en insultos elegidos al azar que te repite esa masa de compañeros día tras día sin darte un respiro.
-Poco a poco la masa desarrolla una inteligencia común, se alimentan unos a otros de maldad y descubren que en la confusión del grupo son más fuertes que solos.
-Se apoyan y protegen, te dejan en ridículo y te empujan por los pasillos sin ser castigados.
-En el caso de que decidas contárselo a tu profesor/a las consecuencias serán peores (además de no recibir respuesta satisfactoria del adulto en la mayoría de los casos).
-Las consecuencias de "chivarte" son variadas. A mi me acorralaron 5 compañeros en el recreo, me tiraron al suelo de grava y me patearon, me pegaron puñetazos, tortas, de nuevo patadas y me escupieron. Me dejaron allí en el suelo con el pantalón roto y huyeron cobardes cuando un sexto miembro avisó de la llegada de una cuidadora del patio.
-Tus padres actúan debidamente hablando con el centro y con las madres de los susodichos pero se queda en un suceso violento que ellos aseguran "no se volverá a repetir".
-A partir del "suceso" siguen los insultos, las vejaciones y los empujones, cada vez más fuertes. Y aunque quisieras gritarlo no se lo cuentas a nadie por el miedo a nuevas represalias.
-A veces sientes la tentación de no ir a clase, no quieres enfrentarte a un solo insulto más ni quieres salir a la calle por miedo a encontratelos.
-Te encierras en casa con tus cascos y tu música mirando como llueve.
-La "masa" se aprovecha de tu miedo y los días, meses y años pasan como una rutina en la que los motes y las bromas de mal gusto no son más que una parte de ir a clase.
 
Todo esto solo es una muestra de lo que el acoso es capaz de hacer. Cuando acabé primaria había conseguido sola soportarlo todo, nunca me rendí y me encaré muchas veces con alguno de ellos, me defendí y no me dejé hundir, nunca dejé que mis padres lo notaran ni supieran la mitad de lo que me hacían. Ahora sé que las personas que pasen por esto deben acudir a su familia o adultos de confianza, tienen que envalentonarse y no dejarse llevar por la corriente ni llegar a la desidia. Acabé contándoles todo a mis padres y no tengo palabras para describir cuanto te llegan a apoyar.
 
A pesar de que la "masa" y sus "líderes" intenten que la víctima no tenga a nadie ni nada a lo que acudir yo siempre tuve a personas a mi lado, gente diferente que no se deja manipular ni intimidar por nadie, con ideas propias. Doy gracias de corazón a quien estuvo en algún momento a mi lado, sin preocuparse por lo que dirían, conociéndome tal y como era. Nadie, nunca, deberia estar solo. También me apoyé en la música, fue un pilar fundamental que me distrajo del resto del mundo y que me calmaba, me ha acompañado desde entonces y sé que no podría vivir sin ella.
 
Todo continuó hasta el segundo curso de la ESO pero ya con la certeza de que podría salir de todo eso. Me centré en seguir haciendo amigos, en seguir encontrando personas diferentes a los clones que forman las masas. Empecé a escribir en una libreta relatos, poesías, canciones y diversas cosas; también pintaba para despejarme. Antes de que me diera cuenta todo pasó, al quitar el factor del miedo y al ignorar a esas personas que no tienen suficiente entretenimiento en sus vidas (y tienen que hacer la vida imposible a alguien para llenarlas) ya nadie me hacia daño. Eso es lo que de una forma irónica tengo que agradecer a esos impresentables: Gracias por hacerme más fuerte, por enseñarme a valerme por mi misma, a valorar lo diferente de las personas y a respetarlas, a traicionar mi confianza tantas veces que consiga ver a través de las personas, a intuir lo mejor y lo pero de la gente y sobre todo a formar parte del cumulo de cosas que me ha hecho llegar a ser independiente, sensible, sociable, abierta de mente y diversos adjetivos más... ¡Ah! Y por si no os habíais dado cuenta a quererme mucho, muchísimo a mi misma, por que si no te valoras tú ¿Quién te va a valorar?
 
Debo dar un toque de atención a varios sectores implicados en todos y cada uno de los casos de bullying:
  • A los profesores: No ignoréis ninguna llamada de atención de vuestros alumnos, ya que detrás de un empujoncito en el aula puede haber todo un infierno en la vida de ese niño. Por favor, no hagáis oídos sordos ni volváis la vista, os necesitan. 
  • A las madres/padre de los acosadores: No seáis cínicos, no seáis todo lo que criticáis delante de vuestros hijos, darles buen ejemplo para empezar y no les aplaudáis las estupideces para continuar. Quitando a algunos que erradicáis estos comportamientos de raíz a vuestros niños la mayoría intentáis protegerlos, y es ese sector el que me da especialmente rabia. Si tu hijo acosa y humilla a otro no des tu aprobación ignorando sus actos, si los padres de la víctima acuden a contártelo no le riñas a tu hijo diciéndole "Castigado porque me has hecho pasar vergüenza delante de esos padres, niño malo, malo, malo, una hora sin ver la tele." porque así solo entenderán es que lo que tienen que hacer es no dejarse pillar, e intentarán callar al acosado para no ser descubiertos. Lo que deberíais decir es: "Es vergonzoso tu comportamiento, no hagas lo que no te gustaría que te hicieran, en esta casa no se permite gente tan insensible. Me pondré en contacto con el resto de madres de los implicados para que lo hablen con sus hijos y con los del acosado para que me informen de cualquier cosa". No les aleccionéis de como deben zafarse de una reprimenda de la profesora, no os deis golpes de pecho cuando os cuenten las peripecias de "los angelitos" de vuestras casas ni utilicéis palabrería barata para convencer a nadie de que son "COSAS DE NIÑOS". Pues si solo os preocupa que vuestros hijos salgan impunes de toda culpa no podéis proclamar a los cuatro vientos lo que os preocupa el acoso escolar.
 
Como final a esta chapa que os estoy dando (a quien haya decidido no ignorar el tema y seguir leyendo hasta el final) debo decir que como el mío hay miles de casos y que yo supe sacar algo bueno de la adversidad pero que las otras opciones finales son los que toman muchos niños: dejar de comer, dejar de ir a clase, volverse antisociales, cortarse, autolesionarse, dejar atrás las ganas de seguir, volverse contra sus familias o incluso en el peor de los casos, hastiados de vivir, suicidarse.
SUENA DURO ¿VERDAD? PUES UNA REALIDAD Y PARA PARARLO TODOS CONTAMOS. PORQUE SI SABEMOS/VEMOS/CONOCEMOS UN CASO DE BULLYING Y NO ACTUAMOS SEREMOS TAN CULPABLES COMO LOS ACOSADORES #STOPBULLYNG
 
LAURA G.S

7 oct 2016

Amor low cost.

"El amor inmaduro dice: Te amo porque te necesito.
El amor maduro dice: Te necesito porque te amo."
Erich Fromm
Hoy en día utilizamos la palabra "amor" como comodín, la usamos para describir cualquier sensación o sentimiento que se escape de nuestro control. La desgastamos hasta la saciedad quitándole toda importancia y trascendencia.
 
Puede ser que este tipo de desapego y falta de interés por todo lo relacionado con lo romántico sea solo parte del desarrollo, solo una adaptación más a los tiempos en que vivimos, lo llaman "relaciones del siglo XXI". Pero no utilicemos esto como escusa para no aceptar parte de la culpa, la comodidad nos puede.
 
Nuestras ocupadas vidas parecen dejarnos sin segundos para expresarnos mirando a los ojos a otra persona, ya sea para declararnos, ya sea para decir te quiero, o para sonreír porque -que demonios- simplemente estamos a gusto con esa persona. A cambio de esto las muestras de afecto se han transformado en audios de "buenas noches" con tono neutro, los arrebatos de sinceridad brillan por su ausencia, los "te quiero" carecen de importancia cuando se repiten sin ton ni son y las sonrisas cara a cara no expresan lo mismo que un emoticono amarillo con dos corazones. Somos pantallas y teclados y nuestras relaciones sociales/amorosas son contenido escrito vía Whatsapp sin filtro y sin consecuencias.
 
Cada vez más jóvenes, cada vez más intoxicados. En la cabeza la idea de que cuanto más dinero tengas y te gastes más te querrá tu pareja. Aburridos de esperar impasibles a que llegue alguien perfecto y que nos lo de todo hecho, porque queremos ser queridos pero nos cuesta querer. Cerrados y egocéntricos creyéndonos únicos y especiales, por encima de los demás, porque nosotros podemos rechazar sin remordimientos a cualquiera pero nos ofendemos y somos  incapaces de aceptar que nos rechacen. Queremos pasar mucho tiempo con esa persona pero sin tener que sacrificar nada de nuestra ajetreada agenda, queremos muchos detalles bonitos sin tener que corresponder con el mismo gesto, queremos a alguien fiel y que solo tenga ojos para ti pero esperamos que no pase nada si somos infieles, queremos gustar y destacar pero nos escandalizamos si más de una persona le "echa un ojo" a nuestr@ chic@. Somos incoherentes y caprichosos.
 
Este ahorro de energía social se traduce en un despilfarro de contacto físico. El cariño y las emociones, el hecho de "estar pillado" por alguien nos lleva a expresar físicamente lo que no nos atrevemos a decir con palabras; y está bien, besarnos, abrazarnos y demás... Lo que es una tragedia y se está extendiendo es lo contrario: Abusar de lo físico para buscar lo romántico. Estamos movidos por el contacto físico sin mas aliciente que un mero momento de compañía y sin plantearnos el después. Nos desplazamos de flor en flor intentando encontrar en alguna de ellas esa chispa de la que todos hablan, creyendo que en algún roce, en algunos labios, va a aparecer esa química por arte de magia. Y no. Porque esa sensación se compone de lo físico y lo mental complementándose.
 
Amor low cost: recibir sin dar, exigir sin compensar. El mínimo esfuerzo para conseguir algo idílico. Lo físico que no consigue llenar del todo el vacío de los sentimientos.
 
Deberíamos ser capaces de enamorar y enamorarnos sin tener en la cabeza ningún prototipo, prejuicio, futuro beneficio, el "¿Que dirán?" ni el "¿Y si sale mal?". Solo entonces podríamos darlo todo, expresar lo que sentimos, llorar, sonreír, querer y ser queridos, dedicarnos tanto tiempo a nosotros mismos como a la otra persona y no ahorrar ni un poco de energía en hacerle tan feliz como nos gustaría estar a nosotros. Porque dar a alguien todo de nosotros es amor.
 
Nos hemos acomodado en lo mundano, demos un poquito de nosotros gente, démonos un poquito de AMOR.
 
Espero que encontréis vuestra chispa, y si ya la teneis... Dadle electricidad.
 
LAURA G.S. 

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